En los últimos años el mindfulness se ha popularizado mucho, pero siguen habiendo dudas sobre lo que es realmente y en qué se basa. Hoy desmantelamos algunas falsas creencias acerca del mindfulness para que, entendiendo lo que NO ES, podamos acercarnos más a la verdadera esencia del mindfulness.
1. El mindfulness no es dejar la mente en blanco
Dejar la mente en blanco no es el objetivo del mindfulness. Esto es algo muy complicado, disponible quizás tan sólo para niveles de meditación muy avanzados. El objetivo del mindfulness en cuanto a los pensamientos no es destruirlos, sino observarlos y, sobretodo, no dejar que se te lleven cual tren en marcha al que te subes y, sin darte cuenta, te lleva lejos, muy lejos de aquí. El mindfulness pretende que podamos observar los pensamientos que pasan por nuestra mente con perspectiva, entendiendo que los pensamientos siempre están, que de lo que se trata es de que no te dominen.
2. El mindfulness no busca cambiar tus pensamientos
No es una práctica aceptada en mindfulness emitir juicios sobre los pensamientos que nos vienen a la mente. No los etiquetamos como buenos o malos, no nos fustigamos por tener esos pensamientos, ni mucho menos intentamos cambiarlos. La clave del mindfulness en cuanto a los pensamientos es la OBSERVACIÓN sin juzgar. Nos distanciamos de nuestros propios pensamientos y los observamos como un espectador imparcial y, tal como los observamos, dejamos que se vayan.
3. El mindfulness no es meditación
Una de las prácticas del mindfulness, la práctica formal, es meditación. Pero el mindfulness es mucho más que eso, el mindfulness es un estilo de vida, una forma de vivir cada momento de tu día a día. Contrariamente a estar un rato meditando y después volver a tu cotidianidad, el mindfulness es una disciplina que busca estar presente en ti durante todo el día, en cualquier cosa que realices. El mindfulness es la atención plena en cualquier cosa que hagas, ya sea comer, caminar, lavarte los dientes, hablar con alguien… La práctica del mindfulness te entrena para desarrollar una atención focalizada a cualquier cosa que estés haciendo, su ámbito de influencia abarca todo cuanto haces.

4. El mindfulness no es sólo estar presente todo el tiempo
Aunque este sea el objetivo del minfulness, poder estar siempre en el aquí y ahora, la verdad es que estar en este estado permanentemente es muy complicado. Cuando te das cuenta de que tu mente se ha ido de paseo a bordo del tren de los pensamientos, en ese momento de darte cuenta ya estás practicando mindfulness. El mindfulness pretende traer tu atención al presente cuando esta se va, y darse cuenta de donde está la mente es el primer paso y más importante. Cuando se da este primer paso, ya estás actuando con mindfulness.
5. El mindfulness no es una técnica de relajación
Algunas prácticas de mindfulness pueden dejarnos con la sensación de estar más relajados. La meditación, sin duda, pero también en nuestro día a día al comer más despacio, andar más conscientemente… Sin embargo el mindfulness no busca un estado de relajación profundo, sino que busca una consciencia incrementada al momento presente que nos permita cambiar el reaccionar por el responder. Es decir, dejar de explotar presa de nuestras emociones para responder desde el equilibrio.
6. El mindfulness no busca el control
Si bien el mindfulness nos permite ser mucho más conscientes y parar la tiranía de la mente que nos domina con sus pensamientos, no busca su contrario, es decir, que seamos nosotros ahora los que controlemos nuestros pensamientos. Una de las premisas fundamentales del mindfulness es la amabilidad hacia una mismo, observar los pensamientos con amabilidad. No debemos forzar el pensamiento a irse, pero podemos observarlo con cariño para dejarle marchar.
7. El mindfulness no pretende que te apartes de la vida
A veces se confunde el mindfulness con estar cada vez más hacia adentro y, en consecuencia, tomando distancia de lo que nos rodea. Lo único que busca el mindfulness es el conocimiento de uno mismo y el estar presentes, pero nunca el apartarse de la sociedad para vivir en nuestra propia burbuja. De hecho, estar rodeados de varios estímulos externos es lo que pone a prueba nuestra capacidad de permanecer en nuestro centro con una actitud de atención plena.
Si quieres seguir profundizando en el mundo del mindfulness, puedes descargarte mi guía mensual de introducción al mindfulness. Esta guía es el resultado de haberme formado en Reducción del Estrés a través del Mindfulness, y en ella encontrarás además una poderosa meditación de exploración del cuerpo guiada por mí en formato audio.